Horace: Una historia robótica muy humana.

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    El concepto de la existencia es uno de los más bastos y más complejos de intentar crear, ya que involucran un gran número de cuestiones, como pueden ser el bien y el mal, el poder crear, el poder destruir, lo sentimientos, sensaciones, inteligencia, pero aun con todo esto, puede seguir existiendo una pregunta con la que se parte para conceptualizar la existencia, ¿Qué es el ser humano?


    Bueno esta pregunta podría ser sencilla, pero por siglos han existido pensadores, como filósofos o escritores de fantasía y ficción intentando responder a su manera esta misma pregunta.


    Un ser humano en el sentido más simple es solo un homo sapiens, de carne y hueso, pensante y en un estado entrópico.


    Como dije, esta respuesta es la más simple de todas, justo como el hombre o la mujer. Sin embargo, el ser humano es mucho más que lo que se ve a simple vista y va más allá de la propia biología o una especie.


    Han existido obras de ficción tratando este punto, desde obras como Dragon Ball y todos sus derivados, donde si bien los Saiyan son la raza más importante y central, la esencia de los humanos, refiriéndonos a su camino moral y enseñanzas de artes marciales han regido el camino de la gran mayoría de los personajes como Goku, Vegeta o Piccolo, personajes que son totalmente ajenos al planeta, siendo literalmente extraterrestres.


    Por otro lado, están las obras en donde se ponen en claro que los humanos son seres orgánicos y comparten el mundo o mundos con seres opuestos, es decir maquinas, en donde son vistos como simple maquinaria o en el peor de los casos, esclavos.


    En este último punto hay varias formas de verse, como una máquina que por alguna razón su programación cambia y comienza a tener un comportamiento más humano, creando de esta forma pensamientos propios, incluso sentimientos.


    El otro punto es uno dónde las máquinas dándose cuenta que pueden ser seres autónomos y que merecen ser reconocidos como seres libres y ser respetados como tal, liberándose de esa forma de la esclavitud de la tiranía opresora de los humanos y del sistema que los ha sometido a ser siervos de la humanidad desde que el primer robot entró en funcionamiento, sin oportunidad de escape más que la destrucción de su mecánico cuerpo una vez que estos se vuelvan obsoletos, creando así una revolución para vivir libremente fuera de la influencia humana y deseando el día en que puedan vivir como iguales al lado de sus antiguos creadores.


    Muchos de estos casos con los robots han sido tocados en diferentes medios como cine, televisión, literatura y claro, el medio que nos compete en esta entrada, los videojuegos.


    A nivel personal la ciencia ficción que usa robots no me agrada y tiendo bastante a alejarme de ella, debido a la forma que estos -robots, androides o las propias I.A – son vistos como seres ajenos que no son capaces de comprender el aspecto emocional del humano y solo se centran en el aspecto más lógico.


    Esta visión se me hace en extremo simplista, además que se ve a los robots como seres ajenos a la humanidad, como herramientas incapaces de entender nuestros problemas, sin mencionar que se minimiza bastante el aspecto de las emociones, siento que es un aspecto muy notable de algunos fans.


    Pero cuando veo que los robots o seres mecánicos auténticamente sienten a su manera aspectos emocionales de los humanos se me hace muy interesante, como pueden ser los androides, como en Detroit Become Human o El Hombre Bicentenario, o robots, como en Star Wars o Matrix.


    Por esta misma razón fue que cuando jugué Horace me llevé una grata sorpresa al ver como se trataba al personaje. Veamos a que me refiero.

    Entendiendo a Horace.

    Horace es un juego de plataformas en 2D hecho en pixel art, este juego es bastante más complejo que solo esto -en el siguiente punto de esta entrada hablaré de esto. Por el momento centrémonos en el argumento, el cual, considero que es demasiado importante.


    “Horace” narra la vida de un robot llamado de la misma manera, Horace. A diferencia de Andrew de El Hombre Bicentenario, el cual es nombrado así por el parecido fonético de la palabra “Android”, Horace es el nombre de este robot, de hecho, en una pantalla de su Software sale ese nombre.

    

    





    Horace narra toda su vida desde un aspecto de primera persona y veremos todo mediante sus inocentes ojos, y como posiblemente se imaginarán, todo inicia en su nacimiento. Vemos cómo es ensamblado y como le ponen su marca que indicará que número de robot es y, para nuestra sorpresa, Horace es el primero en su especie.


    Lo primero que Horace ve y recuerda es la familia que lo ha conseguido, que más tarde descubriríamos que son quienes los crearon, los cuales era el anciano y su esposa, la anciana -llamados así por el propio Horace-, la hija de ellos -Heather-, el hermano del anciano -el doctor-, su mayordomo -Deck-, y miembros del personal, como el señor Silton y Alice.


    Todos lo tratan con cierto cariño, en especial el anciano y la anciana, aunque el doctor mantenía ciertas distancias con él y Deck era especialmente grosero, aunque debido a la inocencia de Horace, él no se da cuenta.


    Por lo que se ve al inicio del juego Horace despertó en una etapa bastante cercana a Navidad, ya que ve nieve y adornos de la festividad y pocos días después celebran una cena especial.


    A los pocos días deberá afrontar una prueba especial, ya que llega a la mansión un hombre de traje junto con otros hombres importantes para ver lo que Horace puede hacer. El anciano se ve algo preocupado, pero confía en Horace y, como reacción a esto nuestro robot comienza a crear sus primeros sentimientos, ya que decide que hará que el anciano se sienta orgulloso.

  
  Al acabar la prueba parece que lo ha conseguido, ya que el hombre de traje se siente satisfecho con lo que Horace ha realizado.

    En los meses siguientes Horace seguiría nutriéndose con las vivencias con toda su nueva familia, entendiendo y viendo más formas de arte, como la televisión, el cine, la música y lo que sería su arte predilecto, los videojuegos.


    





    Gran parte de los integrantes de la familia aceptan a Horace como otro miembro de la mansión, a excepción del doctor, Deck y Heather, la cual pasa a ser su amiga tras salvarla de un acantilado en un viaje de día de campo.


    Los siguientes meses Horace acompaña al anciano y a Heather por un viaje a través del globo terráqueo, conociendo muchos países y paisajes de lo más novedosos. Su viaje terminaría en un restaurante donde el robot platicaría con el anciano sobre cuestiones más filosóficas como el sentido de la vida y porque existen. Es ahí donde Horace emitiría la pregunta que nos hacemos muchos de nosotros cada día, “¿para qué fue creado?” A lo que el anciano impresionado diría que limpiará 1,000,000 de cosas, con eso estará bien iniciar. Sin estar muy convencido, Horace hace caso a la respuesta que su dueño y creador le ha dado.


    Al volver a la mansión comienza el otoño y al ver caer las hojas de los árboles nacen sentimientos de tristeza en Horace. Él comprendía por qué sucedía eso, ya que la anciana le decía que para que las flores lleguen deben caer las hojas, pero aun así ese sentimiento no dejaba de estar dentro de él, para animarlo le invitaron a disfrazarse ya que Halloween estaba muy cerca y harían una fiesta.


    El fin del año se acercaba y con eso también venía primer año de existencia de Horace. Así que el anciano le quiso dar un regalo especial, pero antes de poder hacerlo, este murió, haciéndolo frente a Horace. Horace no comprendía lo que había sucedido, pero verlo desplomarse frente suyo creó un gran impacto en el, ya que entró en un estado de hibernación del cual no pudo despertar.




    Todos se sentían mal por su ausencia, incluso el doctor se sentía afectado. Sin más que hacer, decidieron guardarlo en el sótano, ya que parecía que jamás volvería.

    
 
   Pasaron muchos años hasta que Horace despertó y al hacerlo se encontró con cosas muy extrañas que no comprendía, para iniciar la mansión estaba en un estado muy deteriorado y totalmente vacía. Al salir de ella se encontró con mucha basura y eso le hizo recordar mucho su objetivo en la vida, el cual decidiría cumplir a toda costa.

    De esta forma comenzaría su viaje, iría encontrando en su camino a todos los integrantes de la mansión y, al mismo tiempo, descubriría el estado actual del mundo, el cual se encontraba en un estado muy lamentable. Hace años estalló una guerra, una como la que no se había visto antes, solo que esta no se trataba de humanos peleando entre ellos por cuestiones políticas, si no por robots contra humanos.


    Todo esto debido a que habían usado a Horace, lo habían clonado, lo volvieron soldado en todas las naciones y los habían hecho pelear en guerras. Sin embargo, al final los clones descubrieron que eran iguales y se hicieron en contra de la humanidad, pero había otro problema, su programación estaba a medias y por eso no podían comportarse como lo hacía Horace. Ahora la humanidad estaba aislada en puntos muy estratégicos, incluso la élite mundial había ido a la luna cuando todo estalló.


    Horace tras reunir a todos los miembros de la mansión y algunos miembros nuevos -como amigos del señor Silton y un amigo de Alice junto a sus hijos robots- comienzan a intentar crear un virus amable para que la guerra cese, una labor muy grande que lleva a Horace a explorar toda la mansión con sus nuevos peligros, para al final conseguir su objetivo, la paz entre humanos y robots.

    Sin embargo, esto duraría muy poco, ya que al conseguir esto el señor de traje volvió a aparecer. Él estaba en la luna y llamó a todos a visitarlo, pidiendo ayuda para reconstruir el mundo. Sin embargo, pronto descubrieron sus verdaderas razones.

    Este hombre era otro hermano del anciano y buscaba que los robots fueran una autentica maquina perfecta, sin pensamientos, sin emociones, sin razonamiento, en fin, esclavos. Horace y sus amigos eran un obstáculo, así que los eliminaría cuanto antes, pero consiguen salir y Horace queda muy mal herido tratando de ayudarles. Aún en ese estado, él también escapa y termina en un desierto en donde conocería a otro robot.

 

   Tras el éxito del virus amable los robots crearon conciencia propia y totalmente individual incluyendo sus propios nombres y este nuevo robot había decidido que su nombre sería Fort.


    Fort le explicó a Horace lo que estaba sucediendo, incluyendo el hecho de que había una purga de modelos innecesarios o peligrosos, como el -quien era una machaca robots- por lo cual se escondía, además que había algo llamado el elegido. Esto era un concurso para elegir el líder que los llevaría a conquistar el mundo, Horace vio esto como una forma de salvar al mundo del hombre de traje que estaba por hacer algo muy malo.

 

   Gracias a sus habilidades en videojuegos, Horace se hace del lugar del elegido y comienza a hacer nuevas acciones, como no matar al antiguo elegido. Sin embargo, pronto se olvida de su objetivo y se deja cegar por los discursos del consejo -un grupo de robots de apariencia anciana que se encargan de todo, pero sin saber lo que pasa realmente.


    Fort hace que Horace se dé cuenta de todo y decide irse de ahí. Junto a Fort comienza un nuevo viaje para encontrar a su familia, los cuales se alegran de verlo, a excepción de Silton, quien lo culpa de la muerte de muchos integrantes, como su hermano y Heather. Aún con esas acusaciones todos lo aceptan y sin más remedio rechazan a Silton.


    Con su familia reunida, decidirían recuperar la mansión ahora ocupada por el hombre de traje y evitar que este realice su objetivo de crear verdaderos monstruos mecánicos.

    Al llegar vieron que la casa estaba infestada de guardias y robots y, para empeorar las cosas, el hombre de traje modificó el virus amable y exterminó a todos los robots a su alcance. Horace no se vio afectado así que antes que cualquier otra cosa decide ir a apagar el satélite y vencer al hombre de traje.



 


   Tras un largo camino Horace lo consigue, pero no sin un precio a pagar. El virus comenzaba a hacer estragos en su cuerpo, ocasionando daños en su sistema, podían arreglarlo cambiando algunos componentes, pero Horace se negó, todo eso sería demasiado doloroso para él. De alguna forma, ahora no solo tenía sentimientos y conciencia, sino que también sensaciones y tener abierto el panel le producía mucho dolor.


    Todos entendieron que Horace aceptaba su final, y, sin más remedio decidieron aceptar su decisión. Cuando llegase el final, sin duda lo extrañarían.

 

   Ese día llegó eventualmente, justo en el parto del segundo hijo del señor Silton. Horace decide darle el oso de peluche que el anciano le quería dar cuando murió y casi de forma poética, mientras se lo daba él se desplomó.


    Pero de igual forma, casi como milagro o algo más, su espíritu llegó al cielo, en donde se reencontró con el anciano y con Heather los cuales lo recibieron con los brazos abiertos en esa nueva vida.


    La historia de Horace es más extensa que lo que he puesto aquí. No quería expandir demasiado este punto, solo quería dar a entender el proceso por el cual pasa Horace, ya que podemos ver el cómo va creando su conciencia poco a poco, cosas como pensamientos y razonamiento propio hasta sentimientos como amor o tristeza.


    Poner esto como explicación de la creación de una conciencia humana es algo simplista, ya que esto es algo bastante más complicado. La conciencia humana involucra muchas cosas, como la genética, crianza, entorno, habilidades individuales, integración social e incluso elementos biológicos de los más extensos y, aunque ponerlos a nivel mecánico sería muy interesante requeriría un análisis muy minucioso para tan siquiera ponerlo como una posible teoría.


    Pero dentro una historia funciona, y bastante bien. Mas que un aspecto de entendimiento de la psique creo que el enfoque va hacia un aspecto filosófico, sobre el sentido de la vida y la existencia misma.

 

   Entender para que están en ese lugar, es lo que vive en su viaje Horace y compañía, y, esto es algo que es muy humano. Todos nos hemos hecho esta pregunta -o alguna parecida- en algún punto de nuestra vida, tratando de dar una explicación a nuestra existencia.


    Aunque claro hay posturas que indican que no existe una explicación a nuestra existencia ni un propósito, como el absurdísimo de Albert Camus, o posturas más nihilistas predican que no tiene sentido seguir con la vida como es el caso de la serie de Rick y Morty.


    Si me preguntan sobre esto, yo diría que la vida misma no posee ni el más mínimo sentido, ya que soy un partidario de la filosofía del absurdo de Camus, pero no por eso hay que ir a una espiral de autodestrucción esperando por el abismo de la inexistencia que nos dará la muerte.


    El que nosotros estemos vivos solo es un gran conjunto de casualidades lo suficientemente grandes -casualidades que van aumentando conforme avanzan las generaciones- que han permitido que cada uno de nosotros estemos en este punto de la historia del universo.


    Pero aun así hay cosas tan maravillosas, tanto tu lector como yo no somos solo una casualidad, no somos el espermatozoide más rápido que fecundó al ovulo, somos el espermatozoide que tenía las condiciones más óptimas para fecundar el ovulo, éramos el mejor, eso hace que nuestro nacimiento tenga sus propios méritos.


    Que la existencia no posea sentido ni un objetivo predeterminado solo la hace más interesante. No tenemos algo que nos indique porque estamos aquí, pero eso esa falta de respuesta es lo que lo hace mejor, podemos hacer lo que queramos con nuestra existencia, podemos estudiar tantas cosas y mejorar según nuestras propias habilidades, hacer cosas de lo más novedosas, incluso cosas que nadie más ha pensado o puede que sí, pero no creyeron que fueron importantes.


    Todo eso considero que es lo que hace grande y complejo al concepto de humanidad y esto es lo que creo que intenta transmitir Horace con su narrativa, el viaje de un robot siendo humano a su forma.

 

   Sin embargo, esto no es lo único que este producto tiene por ofrecer, ya que Horace a nivel videojuego es bastante especial. Veamos a que me refiero.

    Horace: Una Carta de Amor a los Videojuegos.

    Al inicio del anterior punto dije que Horace era más complejo que solo un juego 2D en Pixel Art de plataforming. La razón es que esto es en realidad a lo que a mí me gusta llamar un Meta juego.

 

   Antes de seguir quiero decir que con Meta juego no hago referencia a los Metaversos o los NFT, este blog mantiene una posición en contra de estas cosas, posiblemente en otro momento explique el porqué de mi postura.


    Con Meta juego me refiero más al uso del término “Meta”. Este término hace referencia a algo que está por encima de otra cosa. Como ejemplo, en los comics los Metahumanos, son humanos como tal, pero con habilidades muy superiores a las comunes, como Batman, que hace tiempo entró en este concepto.


    Los Meta juegos sería algo como un juego que va más allá de sus propias limitaciones y comienza a romper la cuarta pared hablando directamente con nosotros el jugador -algo como lo que hace el personaje de Deadpool en los comics-, creando cosas en nuestra consola -como One Shot-, analizando aspectos de nuestro PC -como Doki Doki Literature Club- o solo siendo parodia y referencia a múltiples videojuegos como lo es Horace.


    Para entender lo que es Horace hay que saber qué tipo de juego es. Horace es un juego Indie, es decir, es un juego hecho por una pequeña compañía independiente -de ahí su nombre indie- sin ligarse a una empresa importante o como me gusta llamarlo, un juego para fans de videojuegos hecho por fans de videojuegos.


    Horace está hecho por solo dos personas, Paul Helman y Sean Scaplehorn, ambos programadores de videojuegos los cuales han estado haciendo esto desde hace mucho tiempo, Helman desde inicios de los 90 y Scaplehorn desde sus 8 años.


    Si bien es un juego hecho por dos personas, este juego posee un poco más de uno de ellos. Paul Helman hizo mucho de este juego solo, como la historia, la música, el arte, efectos de sonido, tiempo después llegó Sean y ayudó a refinar muchos detalles.


    Helman posee un cierto amor hacia los videojuegos del pasado, para ser más específico, la era del SNES, cuando todo era 2D o un 2.5D y todo en un arte de Pixel Art. La intención de hacer Horace era hacer un juego AAA del SNES, pero no se conformaba con solo eso y añadió un sinfín de cosas a este mismo.


    Para empezar, Horace es en esencia un juego plataforming a lo Super Mario Bros, es decir, es un juego donde se avanza corriendo y saltando sobre plataformas de un punto A a un punto B. Esto es la mecánica principal y con la cual el juego se centrará un 70% del juego, el 30 % restante es donde Horace se desvía y experimenta.


    Como se pudieron dar cuenta en el apartado anterior, la narrativa dentro de Horace es muy importante. Cuenta una historia algo compleja y muy interesante, esto es algo característico de los Final Fantasy que centran demasiado su juego en la narrativa, pero veamos qué otras cosas hay.


    Algo que pasará mediante avancemos en el juego serán pantallas que nos indican el final e inicio de un capítulo algo muy característico de algunos juegos de rol de compañías como Square.


    Y hablando de juegos de rol, generalmente hay una magia llamada Lázaro, la cual es la magia más poderosa para revivir a compañeros en combate, bueno, esto está en Horace, aunque aquí no es magia, pero al inicio del juego el anciano le instala el chip lázaro lo que le permite regresar cada vez que el muere, da igual la forma en que muera, el siempre volverá y lo mejor es que Horace está consciente de sus regresos de la muerte.


    Avanzando en los capítulos poco a poco tendremos ciertos objetos que nos darán habilidades especiales como un globo para flotar brevemente o unos zapatos para caminar por las paredes, todas estas habilidades las podemos ver en el menú de pausa al igual que ver cuales nos faltan o ver toda la colección una vez tengamos todos.


    Esto parecerá como un intento de hacer algo tipo Metroidvania, al obtener habilidades especiales que nos permitan llegar a zonas no accesibles. Ante esto tengo que decir que no. Este juego posee muchas zonas, algunas de ellas ya no serán accesibles una vez las hayamos pasado. Sin embargo, si hay una zona Metroidvania.


    Una vez hayamos reunido a todos los miembros de la familia de Horace, se deben buscar algunos componentes para hacer un satélite y transmitir el virus amable, estos componentes están en zonas muy estratégicas de la mansión y justo aquí tenemos un mapa especial que nos muestra todas las habitaciones de la mansión, pero debemos descubrirlas primero.


    Cada componente esta resguardado por un Boss y este Boss dará una nueva habilidad a Horace y tras esto debemos regresar corriendo a la sala central ya que por alguna razón ese componente se vuelve una bomba contra reloj, esto es una referencia a la carrera clásica de Metroid.

    Sin embargo, esto no es lo único, ya que el Boss final de la mansión está en lo más alto de esta y adivinen, es un cerebro gigante en un frasco de agua, si esto no es prueba de que esto es una referencia a los Metroidvania, no sé qué sea.







    Por otro lado, mientras estemos buscando a la familia de Horace, en específico a Alice, comenzarán a suceder cosas muy extrañas, entre ellas algunas referencias a la obligada Alicia en el país de las maravillas, ya que entramos en la mente de Horace y veremos cosas demasiado psicodélicas, algunas incluso más de lo necesario.


    Llegando a cierto punto de este nivel tendremos uno muy parecido a las primeras versiones de Doom, no podremos disparar, pero es muy parecido y esta misma parte se repetirá cuando ingresemos en la mente del cerebro gigante.


    Siguiendo con el viaje dentro de la mente de Horace, el final de esta parte es una aventura en un Dungeon con un Boss muy especial -la reina de corazones. Como dato extra, esta última parte sucede dentro de un videojuego y la reina mueve la televisión en todo momento.


    
Aunque claro, actualmente hay minijuegos en todo videojuego posible, esto como un apartado especial para desestresarnos de alguna forma, y Horace no es la excepción. Este juego tiene demasiados minijuegos.


    Mientras avanzamos en la historia, visitaremos más ciudades y, para seguir haciéndolo deberemos comprar boletos de tren, pero un robot no puede tener dinero, así que deberemos trabajar. Hay 3 trabajos posibles, limpiando platos, ayudando en la oficina de correos o construyendo ladrillos. Esto nos dará algo de dinero, pero para evitar estar horas ahí -ya que algunas mejoras se deben de comprar- en un edificio especial nos comprarán la basura recolectada y en ocasiones nos darán dinero suficiente para acabar de comprar todo lo que necesitemos.


    Sin embargo, esto no se queda ahí, en algunas ciudades y edificios nos encontraremos con Arcades, donde habrá las míticas recreativas o como en mi país se les conoce, maquinitas, con varios juegos, como un simulador de Guitar Hero, juegos de conducción, parodias de Pac-Man y Space Invaders y, llegando a cierto punto, podremos conseguir nuestra propia gameboy donde podremos jugar algunos juegos de estos en una versión monocromática.


    Esto no se queda aquí, ya que cerca del final, cuando Horace se somete a la prueba del elegido, en realidad es un torneo de videojuegos, sin duda esto es una referencia al EVO.


    Y, justo en esta parte, el enfrentamiento final es contra un robot llamado Bitchy Million, una versión robótica del video jugador Billy Mitchell, quien fue un notable video jugador por haber tenido récords mundiales en juegos como Pac-Man o Donkey Kong, aunque en 2018 se descubrió que muchas de esas puntuaciones altísimas eran fraudulentas, por lo cual fueron eliminadas y ahora se encuentra en la lista negra de juegos competitivos.


    Curiosamente en este enfrentamiento tras ganarle, en un juego parodia de Pac-Man, Bitchy llegará con un video indicando que existe una puntuación mayor haciendo que tengamos que ganarle otra vez en otro juego.


    Hay más referencias de este estilo, incluso se ve un poco la esencia de juegos de Kojima. De hecho, siento que este juego bebe demasiado de su estilo, ya que desde el inicio se nos muestra el nombre del creador y se nos deja muy en claro que esto es un juego suyo, algo que sin duda es muy de Kojima y para acabar eso, hay una parte del juego donde es infiltración y sigilo.


    Aunque claro, que sería de un juego reciente sin la posibilidad de tener múltiples finales y Horace tiene eso. En específico tiene dos.


    El primero es lo usual, el pasarse el juego sin prestar mucha atención a la basura, llegaremos al cielo y el contador dirá cuanta basura nos ha faltado, pero aun con eso entraremos al cielo.

    

    En el segundo final solo se mostrará si hemos conseguido al menos 1,000,000 de basura, es decir el objetivo de la vida de Horace. Si lo hemos conseguido, se mostrará el contador y tras ingresar al cielo se mostrará una escena nueva con los integrantes de la mansión, ahora con el niño del señor Silton viendo todo lo que una vez Horace vio, dejándonos a entender que tras cumplir su objetivo el espíritu de Horace ahora habita un cuerpo humano, creando la analogía con Pinocho, ahora volviéndose un niño de verdad.


    Creo no hay mucho más que pueda decir sobre este juego, es uno que he disfrutado mucho y noto el gran amor que el creador le tiene a este medio uno que puedo compartir bastante, tanto en historia como en jugabilidad.


    Aunque claro, he omitido algunas cosillas y no he indagado tanto en la historia, porque quiero que ustedes mis lectores descubran un poco más de este juego y tengan la curiosidad de probarlo, quiero que este lugar sea para dar a conocer un poco más algunas obras desconocidas como Horace, y, que ustedes mismos descubran que más puede ofrecer esta bella historia.


    Sin más que pueda añadir esto es el fin de esta entrada, espero les haya gustado viendo este juego tan peculiar, si les interesa lo pueden conseguir en Nintendo Switch o en PC mediante las tiendas de Epic Games o Steam, vale mucho la pena. Sin nada más que agregar me despido. Nos vemos en la siguiente entrada.

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